¡Una Decisión Dolorosa! | Marta Rompe el Sueño de Pelayo | ¿El Fin de su Matrimonio?
El capítulo de hoy en “Sueños de libertad” ha sacudido los cimientos emocionales de los espectadores. Lo que parecía una historia de construcción familiar se convierte en un devastador relato de frustración, traición y verdades no dichas. Pelayo, interpretado por un conmovedor Alejandro Albarracín, vive su momento más vulnerable: ver esfumarse el sueño de ser padre… por decisión de la mujer que ama.
Marta dice “no” a la maternidad… y Pelayo se hunde
En un giro tan inesperado como desgarrador, Marta da marcha atrás con su deseo de formar una familia. Sin explicación clara, sin preparación emocional. El golpe es seco, directo, brutal. Pelayo, desconcertado y dolido, señala a Fina como la responsable, desatando una tormenta que no se puede contener. El enfrentamiento con Fina no es solo una explosión de ira: es el grito desesperado de un hombre que ve derrumbarse su proyecto de vida.
Frustración, reproches y una mirada que lo dice todo
Pelayo, incapaz de disimular su tristeza, lanza palabras cargadas de reproche. Marta lo observa en silencio, esquiva su mirada… y ese silencio habla más que mil excusas. ¿Tiene miedo? ¿Duda de su relación? ¿O hay una verdad aún más devastadora escondida detrás de su decisión?
El matrimonio, nacido de la conveniencia y transformado en una ilusión compartida, comienza a desmoronarse. El espectador asiste impotente al nacimiento de una grieta que amenaza con volverse abismo.
Celos, amenazas y pactos ocultos: el resto del drama no se queda atrás
Mientras Pelayo sufre, Andrés se hunde en una espiral de celos y desconfianza tras su tenso almuerzo con Gabriel. Las excusas de Gabriel para ausentarse con María —una simple caminata por el bosque— suenan más a manipulación que a escapismo. Andrés lo siente… y reacciona.
La confrontación entre los primos es directa, sin filtros. Gabriel ya no esconde su verdadera cara y lanza una amenaza velada pero firme: no se detendrá ante nada. María, por su parte, regresa radiante tras su visita al neurólogo, pero la creciente intimidad con Gabriel empieza a inquietar incluso a Begoña.
Y mientras unos rompen y otros se enfrentan, en la fábrica comienza a brillar una tímida luz de esperanza: Raúl, aún destrozado por la ruptura con María, es arropado por Gaspar, Claudia y Manuela, quienes le preparan una sorpresa que podría sanar sus heridas.
Cristina decide su destino: ¿rumbo a Beltrán o a la soledad?
En uno de los momentos más esperados, Cristina se sienta finalmente con doña Ana. Una conversación profunda y reveladora sella su futuro. ¿Será Beltrán parte de ese camino? ¿O ha llegado la hora de elegir libertad, incluso si eso significa estar sola?