Sueños de Libertad Capítulo 375 (¿Cómo se comportó Fina con Santiago? ¿Logrará salvarse?

“El destino es impredecible. Nadie sabía que el destino de Fina, Marta y Santiago se cruzaría en una noche de terror, una noche que cambiaría para siempre sus vidas.”

El capítulo 375 de Sueños de Libertad inicia con una noticia devastadora que pone a Pelayo en alerta total: Santiago, el hombre que había aterrorizado a Fina y Marta, ha logrado escapar de la prisión. La noticia, que llega a Pelayo a través de un tenso teléfono, marca el inicio de una serie de eventos que se desarrollan con una velocidad aterradora. Aunque la noticia golpea a Pelayo con fuerza, intenta mantener la calma y tranquilizar a los demás. Pero sabe que la situación no es tan sencilla como parece.

Damián, con su rostro preocupado, no tarda en entrar y unirse a la conversación, confirmando que la fuga de Santiago representa una amenaza inmediata para todos. Pero lo que preocupa aún más a Pelayo es la posibilidad de que Santiago intente vengarse de ellos, y más específicamente, de Marta y Fina, quienes, al ser las principales víctimas de sus anteriores amenazas, están en el centro de esta tragedia.

Mientras todo esto ocurre, en la casa de los montes, la atmósfera es completamente diferente. Santiago, ahora libre, se presenta inesperadamente ante Marta con un rostro lleno de rabia y desesperación. Su ira es incontenible, y no duda en arremeter verbalmente contra ella y su familia, acusándolos de la muerte de su abuela, quien falleció en soledad, lo que para él es un dolor insoportable. La amenaza es clara: Santiago busca venganza y no se detendrá ante nada.

Marta, sin embargo, intentando calmar la situación, le ofrece dinero, joyas y objetos valiosos para que se escape del país y empiece una nueva vida. Pero Santiago, cegado por el dolor y el odio, rechaza su oferta, burlándose de ella y de la familia de Marta, y advirtiéndole que tras vengarse de ellas, irá por Pelayo, dispuesto a destruirlo, incluso a costa de su propia vida.

En ese preciso momento, Fina, que había sido atada y observaba todo desde un rincón, aprovecha un instante de distracción para liberarse. Con rapidez, agarra una botella y, en un acto desesperado de defensa, golpea a Santiago en la cabeza. La lucha se convierte en un forcejeo brutal, en el cual Santiago intenta estrangular a Fina. Pero, en un giro dramático, ella logra apoderarse de una navaja que Santiago llevaba consigo y, en un movimiento de pura desesperación, se la clava en el cuerpo de él. Santiago cae al suelo, sin vida.

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El silencio es absoluto, roto solo por las respiraciones agónicas de Fina, quien, con horror, se da cuenta de lo que acaba de hacer. “Lo he matado”, susurra, sin poder creer lo que sus manos han hecho. Marta, visiblemente afectada, corre hacia ella e intenta calmarla, asegurándole que fue un acto de defensa propia, que Santiago vino a hacerles daño.

Pero Fina, completamente desgarrada por la culpa, no puede aceptar esa explicación. Siente que sus acciones, aunque justificadas, tienen un precio. Marta, sin embargo, temerosa de las consecuencias, propone que nadie se entere de lo ocurrido. La solución de Marta es extrema, pero necesaria: deshacerse del cuerpo de Santiago, enterrarlo en un lugar apartado, y hacer desaparecer todo rastro de él.

Fina, aún en shock, duda, sintiendo el peso de lo sucedido. Su mente no puede dejar de reprocharle que, tal vez, si hubiera sido más firme con él desde el principio, nada de esto habría ocurrido. Marta, al ver su sufrimiento, le recuerda que no hay justificación para las acciones de Santiago. Él era un demente, y ellas son las víctimas en todo esto. Las palabras de Marta finalmente logran calmar a Fina, quien acepta la propuesta.

Juntas, y con las manos temblorosas, arrastran el cuerpo de Santiago hasta un rincón apartado de la finca, donde lo entierran, ocultándolo para siempre. La sensación de alivio es inmediata, pero el peso de lo que han hecho las perseguirá para siempre. Ambas saben que, aunque han superado el peligro inmediato, la sombra de Santiago, incluso muerto, siempre acechará sus pensamientos.

El capítulo 375 concluye con la sensación de que, aunque el peligro de Santiago haya pasado, un nuevo capítulo de incertidumbre ha comenzado. La verdad permanece oculta, y las mujeres deberán vivir con el peso de su decisión.

¿Qué opinas de la decisión de Marta y Fina? ¿Realmente hicieron lo correcto, o el precio de su acción será más alto de lo que imaginan?

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