“La primera víctima de Gabriel.” Ese es el título de este impactante avance de Sueños de Libertad, donde todo parece estar en juego. Gabriel, movido por la desesperación y el deseo de ocultar sus propios crímenes, decide sacrificar a un inocente para que su plan siga su curso sin obstáculos. Ese inocente es Remedios, quien termina detenida y acusada de un sabotaje en la fábrica. Pero, ¿es realmente culpable? ¿O simplemente ha caído en una trampa cuidadosamente tejida por Gabriel?

Desde el inicio del capítulo, la tensión se percibe en el aire de Toledo. Mientras el sol ilumina la ciudad, la tranquilidad en la colonia de la Reina es solo una fachada. La atmósfera está cargada de secretos y mentiras que amenazan con desmoronar todo lo que los habitantes de la colonia han construido. En casa de los Carpena, Irene se enfrenta a una realidad que la consume: su marido Pedro está gravemente enfermo y la mentira que mantienen sobre su condición la persigue a cada paso.

Por otro lado, la trama se intensifica en la fábrica de perfumerías de la Reina, donde el sabotaje sigue siendo el centro de atención. Andrés, decidido a esclarecer el asunto, interroga a Remedios, quien parece completamente desconcertada por las acusaciones en su contra. La aparición de una copia de la llave del laboratorio en su taquilla y su reciente viaje a París parecen pruebas suficientes para incriminarla. Pero algo en el pánico de Remedios no le encaja a Andrés. ¿Está siendo víctima de una conspiración?

Mientras tanto, Gabriel se muestra más calculador que nunca. En una reunión con la directiva, Gabriel se asegura de que todos crean que Remedios es la culpable. La situación se vuelve aún más compleja cuando Andrés, con su característica lealtad hacia los trabajadores, se niega a aceptar la culpabilidad de Remedios sin pruebas definitivas. Pero, a pesar de su corazonada, la presión de la familia y las pruebas circunstanciales lo llevan a tomar una decisión que cambiará el rumbo de los acontecimientos.

Lo que parecía ser una cuestión de justicia laboral se convierte rápidamente en un juego de ajedrez político y personal, donde Gabriel maneja las piezas con destreza. La acusación contra Remedios se solidifica, y la mujer es detenida, con el rostro marcado por el sufrimiento y la desesperación. Mientras la policía la lleva bajo custodia, Remedios clama su inocencia, pero la mirada de Andrés se pierde en la multitud, sin saber si tiene el poder para detener lo que está por venir.

La trama da un giro cuando Andrés, convencido de que Gabriel está detrás de todo, decide buscar respuestas en Cristina, la mujer misteriosa que parece tener la clave para desentrañar el enigma. Aunque sus acciones pueden parecer precipitadas, Andrés siente que el tiempo corre en su contra y que la única forma de probar la inocencia de Remedios es revelando los secretos que Gabriel ha estado escondiendo.

La noche en Toledo se alarga, con Andrés y Begoña compartiendo una conversación sincera sobre el caso. Por primera vez en mucho tiempo, parecen estar de acuerdo en algo: algo no encaja en la historia de Gabriel, y la necesidad de justicia para Remedios es urgente. Mientras tanto, Gabriel sigue moviendo sus hilos con calma, convencido de que ha ganado esta batalla, aunque el peso de sus mentiras comienza a aplastarlo.

La tensión alcanza su punto máximo cuando Remedios, en una celda fría, se convierte en la primera víctima de la guerra psicológica y emocional de Gabriel. Su futuro es incierto, y su vida está en juego. Andrés, decidido a descubrir la verdad, no descansará hasta que el culpable sea desenmascarado y la justicia se haga presente.

¿Será este el final de la manipulación de Gabriel? ¿O la justicia será finalmente servida para Remedios?