Oriol Tarrasón: “Gabriel manipula y miente mucho, y eso me divierte como actor”
Desde que apareció en Sueños de libertad, el actor catalán Oriol Tarrasón no ha dejado indiferente a nadie. Con su personaje, Gabriel de la Reina, ha logrado colarse en el corazón de los espectadores… para hacerles daño. Porque sí: Gabriel es el nuevo gran villano de la sobremesa española. Y Tarrasón lo interpreta con un placer que desborda la pantalla.
“Llevaba tiempo con ganas de hacer de malo”, confiesa el actor. Su llegada a la serie fue cálida, pero rápida: “Tengo la suerte de conocer al equipo técnico desde que trabajé en Amar es para siempre, así que fue como volver a casa”. Sin embargo, el ritmo no le dio tregua. “Hemos estado grabando el final de temporada antes de las vacaciones, y ha sido fuerte. En una serie diaria, el trabajo es muy intenso, y siempre tienes la sensación de estar entre cansado y dormido. Cada vez que pillas una silla, te quieres dormir”, bromea entre risas.
Un villano con alma de músico
Aunque lo vemos mentir, manipular y enredar en cada escena, Tarrasón guarda un alma mucho más melódica. Literalmente. En su camerino comparte espacio y guitarras con el también actor Nancho Novo, otro veterano del rock. “Tenemos una guitarra y, cuando tenemos un rato, tocamos. Pasamos muchas horas aquí”, nos cuenta, como si el rodaje fuera solo una parte de la experiencia.
Oriol estudió música desde pequeño, y en su juventud fundó con sus hermanos una banda llamada Dos Pasos. “Grabamos un par de discos, lo disfrutamos muchísimo. Fue una época increíble”, recuerda con nostalgia. Pero en plena efervescencia musical, decidió dar un giro radical. “Estudiaba Filosofía y lo dejé para meterme en Arte Dramático. Me empezaron a salir trabajos y tuve que elegir. Y fue en la interpretación donde me encontré a mí mismo”.
La conexión con Novo ha sido instantánea. Ambos comparten camerino, acordes, bromas y, sobre todo, una complicidad que se refleja fuera y dentro de escena.
Gabriel: un manipulador encantador
El personaje de Gabriel no necesita gritar para ser temido. No necesita violencia explícita. Su arma es la palabra. Y el silencio. “Me divierte mucho imaginar cómo los espectadores ven lo que hace Gabriel y sufren por no poder advertir al resto de personajes”, explica Tarrasón. “Es como jugar al ajedrez sabiendo ya las piezas del otro”.
Gabriel tiene solo una supuesta aliada: María, interpretada por Roser Tapias. Y ni siquiera está claro si la considera cómplice o peón. “Eso me encanta: la ambigüedad, el doble fondo. Nunca sabes del todo si Gabriel está diciendo la verdad. A veces, ni yo lo sé como actor”, confiesa entre risas.
En redes sociales, los fans ya lo han asumido como “el malo oficial” de la serie. “Me han dicho de todo: ‘No le hagas daño a Fulanito’, ‘Castiga a este otro’… Cada uno tiene a su favorito. Y eso está bien. Significa que el personaje está calando”.
Una pausa… para nuevos proyectos (¿y el teatro?)
Con el final de la temporada grabado y las vacaciones por delante, ¿hay tiempo para pensar en nuevos proyectos?
“Ahora mismo no me da la cabeza”, admite. “Estamos todos muy cansados, pero luego se descansa rápido. Siempre hay ideas, tengo ganas de dirigir algo de teatro, pero tengo que ver cuándo lo encajo”.
Y es que, además de actor y músico, Oriol también es director teatral. No solo eso: continúa interpretando en teatro al mismísimo Adolfo Suárez en la obra Carmen, nada de nadie. Una experiencia que le ha permitido bucear en la historia reciente de España. “He intentado ser muy respetuoso. Me ha impresionado entender la presión a la que estuvo sometido y todo lo que consiguió a través del diálogo. Cuando lo comparas con los políticos de hoy, que parecen incapaces de hablar entre ellos, la figura de Suárez se vuelve aún más admirable”.
¿Volverán ‘Los misterios de Laura’?
Y por supuesto, no podíamos no preguntarle por otra de sus series icónicas: Los misterios de Laura, una de las más queridas del público español. ¿Volverá?
“No sé nada”, responde con sinceridad. “Me encantaría decíroslo, porque me lo preguntan mucho por la calle. Todos en el equipo tenemos muchas ganas. Se pueden crear nuevas tramas fácilmente, pero estamos a la expectativa”.
La dualidad de un actor camaleónico
Al final, lo más interesante de Oriol Tarrasón no es solo su versatilidad profesional, sino su capacidad para habitar personajes tan distintos como Adolfo Suárez y Gabriel de la Reina. Uno buscó unir a un país; el otro, destrozar familias desde dentro. Uno predicaba con el diálogo; el otro envenena relaciones con susurros.
¿Y cómo lidia el actor con esa dualidad?
“Es justo lo que más me gusta. Puedo tocar rock con Nancho Novo por la mañana y, por la tarde, grabar una escena en la que manipulo a todos a mi alrededor. Es un privilegio”.
Un privilegio que el público agradece. Porque en Sueños de libertad, la oscuridad de Gabriel brilla más gracias a la humanidad que Oriol Tarrasón sabe inyectarle. Y si algo está claro, es que aún no hemos visto todo lo que este villano tiene para ofrecer.