En pleno auge del verano, con las emociones al rojo vivo en Sueños de libertad, hay una figura que irradia frescura y autenticidad más allá de la pantalla: Isabel Moreno, la actriz que da vida a Claudia. Con una sonrisa luminosa, Isabel se sienta a conversar sobre lo que realmente la hace feliz en esta temporada de sol, piel salada y promesas que flotan en el aire.
Para empezar, Isabel lo tiene claro: si hay que elegir entre verano o invierno, no hay duda posible. “Siempre verano”, responde sin vacilar. Y no solo eso, sino que especifica con detalle el entorno perfecto: playa antes que piscina, siempre. Y si puede ser al atardecer, con una bolsa de pipas en la mano y los pies tocando la arena aún tibia, mejor que mejor.
Pero si hay un amor que compite con el mar, es el chocolate. En todas sus formas. Isabel lo declara entre risas: “Helado de chocolate siempre”. En su versión más clásica o con toques modernos, no hay otro sabor que le gane el corazón. Y es que en esos pequeños placeres, Isabel encuentra la esencia de la estación.
Aunque en el pasado fue una intrépida del surf, hoy opta por rutinas más estables. El gimnasio se ha convertido en su refugio activo durante los días más calurosos. No lo vive como una obligación, sino como una manera de conectarse consigo misma y mantenerse con energía para los rodajes y la vida diaria.
A nivel práctico, su neceser de verano es sencillo pero esencial. La crema solar de alta protección —factor 100— ocupa el primer lugar. Cuidarse del sol es prioridad, aunque admite que elige bikini para evitar marcas. Eso sí, tiene debilidad por los bañadores: “me encantan”, confiesa con ternura.
Cuando se le pregunta por los planes ideales, Isabel se permite soñar. Un escenario que parece salido de una comedia romántica americana se dibuja en su imaginación: una playa paradisíaca, un daiquiri en la mano, un amor de verano y esos atardeceres que parecen eternos, como si el tiempo supiera que no queremos que se acabe. Es un sueño, sí, pero también una forma de proyectar la belleza en lo cotidiano.
Mientras ese verano perfecto espera en el horizonte, Isabel vive un verano intensamente real. Se ha mudado recientemente y está completamente volcada en transformar su nueva casa en un refugio con alma. Cada rincón decorado, cada elección de color o textura, lleva su firma y su deseo de construir un hogar que sea reflejo de su esencia.
Aun así, el descanso no se sacrifica. En los próximos días, Isabel se tomará un respiro para viajar al norte de España. Busca paisajes nuevos, aire fresco, y una desconexión que también la nutra. Más adelante, pondrá rumbo a las Azores, un destino que le provoca una ilusión especial. La comparación con Madeira, que ya la enamoró, será inevitable… pero también bienvenida.
Entre maletas, helados, rodajes y puestas de sol, Isabel Moreno celebra su verano con la autenticidad de quienes saben que los mejores momentos no siempre se planean, pero sí se viven con el corazón abierto.
¿Y tú? ¿Cómo sería tu verano perfecto: más parecido al de Claudia o al de Isabel?