En Sueños de libertad, nada permanece estático. Y esta vez, las aguas vuelven a agitarse con la llegada de dos personajes que prometen romper el equilibrio en la Colonia: Cristina Ricarte y Chema Recas, interpretados por Sara Sanz y Fernando Moreno. Ambos actores debutan en esta temporada con personajes tan frescos como cargados de historia, secretos familiares y dilemas personales que resonarán con fuerza en el corazón de los espectadores.
Cristina llega con una mochila invisible a la espalda: es la hija secreta de Irene Carpena, hermana del imponente don Pedro. Criada lejos de los focos del apellido Carpena, Cristina se abre camino como química en un mundo que aún desconfía de las mujeres con ambiciones profesionales. Pero su carácter idealista y su energía desbordante pronto llaman la atención, no solo del público, sino también de los propios habitantes de la Colonia.
Su incorporación a Perfumerías de la Reina no es casual. Pronto se ve envuelta en la tormenta emocional y política que sacude a la familia Carpena. En especial, se convierte en una ficha clave entre el enfrentamiento de Damián de la Reina y Pedro Carpena, dos titanes enfrentados por el poder, los ideales… y ahora, también por vínculos de sangre que aún no han cicatrizado.
Pero Cristina no solo despierta polémica con sus ideas. Su cercanía con Irene –una mujer con la que comparte más que genética– abre una nueva grieta emocional. Irene, reservada y rígida, encuentra en Cristina una inesperada conexión. Y Cristina, que nunca supo lo que era tener una madre presente, comienza a ver en Irene un espejo que refleja sus propios miedos y esperanzas. Las escenas entre ambas están marcadas por una ternura tensa, por miradas contenidas y silencios que dicen más que las palabras.
Por otro lado, Chema Recas, el hermano de Carmen, desembarca con un aire más desenfadado… pero no menos complicado. Llegó como vendedor de enciclopedias, perdió el empleo casi al instante y, sin pensarlo mucho, se dejó acoger por su hermana. Su carácter algo tunante y sus constantes líos no tardan en irritar a su cuñado Tasio, quien desconfía abiertamente de él.
Pero Chema no es solo un caradura simpático. Es también un joven con buen corazón, capaz de mostrar una lealtad feroz cuando se siente valorado. Ahora trabaja como chófer en Perfumerías de la Reina, donde su implicación con personajes como Raúl y Claudia lo arrastra a un inesperado triángulo amoroso. Lo que empieza como un juego de seducción entre él y Claudia pronto se complica con la presencia de Raúl, un hombre que no está dispuesto a perder terreno tan fácilmente.
Fernando Moreno, quien da vida a Chema, lo resume con entusiasmo: “Es una oportunidad de impulso en mi carrera. Me han acogido como uno más, hay una gran familia detrás de esta producción”. Y se nota. Chema ya ha dejado huella en cada escena en la que aparece, ya sea con su desparpajo o con esa mirada honesta que esconde más inseguridad de la que deja ver.
Por su parte, Sara Sanz reconoce el reto de interpretar a Cristina: “Sé que es todo un reto, porque hay un nivel de intensidad muy alto. Pero eso solo me hace querer dar la talla”. Y lo hace. Cristina no es una joven ingenua, sino una mujer decidida a encontrar su lugar en un mundo que le impone constantemente límites. Su conflicto entre el deber filial y la necesidad de romper con el modelo tradicional de mujer que sus padres esperan de ella la sitúa como uno de los personajes más prometedores de la temporada.
Ambos personajes llegan no solo para renovar la trama, sino para poner en crisis las certezas de quienes ya habitan este universo de pasiones, traiciones y sueños rotos. Porque en Sueños de libertad, cada nuevo rostro es también un espejo de los conflictos que todos llevamos dentro.
¿Podrán Cristina y Chema escribir su propia historia sin repetir los errores de quienes les precedieron? ¿O terminarán atrapados en las mismas trampas emocionales que juraron evitar?