En el capítulo 361 de ‘Sueños de libertad’, emitido el pasado 30 de julio, la relación entre María y Gabriel dio un paso crucial marcado por la complicidad y los sentimientos nacientes.

Todo comienza cuando Gabriel descubre que María ha comenzado a recuperar movilidad en las piernas, un avance que él celebra con entusiasmo y que decide acompañar llevándola a un neurólogo.
La visita médica se convierte en un momento revelador: el especialista les da la mejor de las noticias, María podrá volver a caminar. Sin embargo, ambos deciden mantenerlo en secreto.
Gabriel se convierte en su gran aliado, dispuesto a protegerla y a brindarle el apoyo emocional que tanto ha necesitado. La cercanía entre ellos crece con fuerza, dejando entrever una atracción que ya resulta difícil de disimular.
María insiste en ocultar su mejoría a Olga, temiendo las posibles consecuencias. En especial, no quiere que su recuperación le quite la escasa libertad que conserva o que Olga intente controlarla aún más.
En una escena cargada de verdad, María se sincera con Gabriel: le confiesa que, desde que está en esa casa, nunca ha dejado de sentirse sola.
Una frase que lo desarma y que establece entre ambos un vínculo emocional profundo, basado en la confianza, la vulnerabilidad compartida y el deseo de cambiar su realidad.
Este episodio no solo refuerza el lazo entre María y Gabriel, sino que también siembra el germen de una historia que podría romper los esquemas establecidos en la familia De la Reina.
¿Podrá María mantener en secreto su recuperación? Las piezas se mueven y el tablero de emociones promete nuevos enfrentamientos.