Fina había trabajado toda su vida para construir una carrera sólida y una reputación intachable en la fábrica donde se desempeñaba.

Su vida estaba encaminada, hasta que Santiago entró en su mundo.

Al principio, parecía un hombre educado y respetuoso, pero pronto, la obsesión de Santiago por ella comenzó a ser evidente. Fina trató de mantener la distancia, rechazando sus avances una y otra vez, pero Santiago no aceptaba un no como respuesta. Su insistencia fue cada vez más agobiante, y la presión sobre Fina aumentaba.

A medida que el acoso de Santiago se intensificaba, Fina decidió cambiar de estrategia: evitarlo a toda costa. Sin embargo, eso solo pareció avivar su obsesión. Un día, Santiago, en su locura, orquestó un incidente en la fábrica con la intención de desacreditarla. Hizo parecer que Fina había cometido un acto de sabotaje que provocó un gran daño en la producción, un delito grave que pondría en peligro su futuro. Las pruebas fueron manipuladas, y, sin opción de defenderse, Fina fue acusada injustamente.

La vida de Fina dio un giro aterrador cuando fue arrestada. Tras ser encarcelada, su familia se unió para luchar por su libertad, pero las pruebas en su contra eran sólidas, y parecía que no había manera de demostrar su inocencia.

Mientras tanto, Santiago, en su obsesión creciente, comenzó a acecharla incluso más de cerca. Sabía que su poder y su influencia podían destruirla por completo, y estaba dispuesto a hacerlo. Cada día en prisión se sentía como una condena de por vida para Fina, pero ella no iba a rendirse tan fácilmente.

A medida que la situación se volvía más peligrosa, Fina comenzó a descubrir grietas en la acusación en su contra. Con la ayuda de su familia, que no la abandonó en ningún momento, Fina empezó a recopilar pruebas que podrían demostrar su inocencia. Sin embargo, sabía que debía actuar rápidamente antes de que Santiago diera el paso definitivo hacia su destrucción total. La lucha por su dignidad y su libertad estaba lejos de ser fácil, pero Fina estaba decidida a no dejar que la obsesión de Santiago destruyera todo lo que había construido.

La batalla de Fina no solo era por su inocencia, sino por recuperar el control sobre su vida. Con cada paso que daba, la verdad salía a la luz, pero también lo hacía la furia de Santiago. Fina tendría que enfrentar no solo las pruebas que la hundían, sino a un hombre dispuesto a destruirla con tal de que ella cediera a su voluntad. La pregunta era: ¿podría Fina demostrar su inocencia antes de que fuera demasiado tarde, antes de que Santiago llevara su obsesión a un nivel aún más peligroso?