Luz y Alberto, dos jóvenes investigadores con una pasión por resolver misterios, se encontraron ante un caso que los conmovería hasta lo más profundo: un bebé había sido abandonado en las puertas de un hospital. Las cámaras de seguridad no habían captado el rostro de la madre, y las pocas pistas que tenían eran vagas y desconcertantes.
Desde el primer momento, ambos se sintieron atraídos por el caso. Había algo en ese pequeño ser indefenso que los impulsaba a encontrar a su madre. Comenzaron su investigación revisando los registros de los hospitales, entrevistando a enfermeras y médicos, y rastreando cualquier posible conexión con mujeres embarazadas que hubieran desaparecido en los últimos meses.
Las pistas los llevaron desde los barrios más acomodados de la ciudad hasta los más marginales. En cada lugar, se enfrentaron a una pared de silencio y desconfianza. Algunos testigos les proporcionaron información valiosa, pero otros los condujeron por caminos sin salida. A medida que avanzaban, se dieron cuenta de que estaban tocando en un mundo oscuro y peligroso, lleno de secretos y mentiras.
Una de las pistas más prometedoras los llevó hasta un pequeño barrio marginal. Allí, conocieron a una joven llamada María, quien les confesó haber visto a una mujer embarazada deambulando por las calles días antes del hallazgo del bebé. Sin embargo, María no pudo proporcionar más detalles, ya que había sido amenazada por unos hombres desconocidos.