Uno de los momentos más intensos del capítulo emitido el pasado 30 de julio llegó con el inesperado enfrentamiento entre Don Pedro y Damián.

Lo que comenzó como una amenaza directa por parte del hermano de Irene acabó convirtiéndose en una escena decisiva que podría cambiarlo todo.
La tensión se apodera del despacho de Damián cuando Don Pedro irrumpe decidido a poner fin a lo que considera una amenaza: la creciente cercanía entre el arquitecto e Irene.
No duda en encararlo y exigirle que se aleje de su hermana, advirtiéndole que no piensa permitir que alguien como él entre en su vida.
Damián, lejos de achicarse, responde con firmeza. Le asegura que sus sentimientos por Irene son sinceros, que lo que hay entre ellos es real. Pero Don Pedro no quiere oírlo.
Según él, su oposición no se debe a la desconfianza, sino a la envidia: no soporta ver cómo Damián y Digna han logrado rehacer sus vidas y ser felices. Quiere arruinar esa felicidad cueste lo que cueste.
Sin embargo, Damián guarda un as bajo la manga y decide jugarlo. Le revela que conoce el secreto que ha marcado la vida de Irene y que podría acabar con la relación entre los dos hermanos.
Un secreto que Pedro ha mantenido enterrado durante mucho tiempo: fue él quien amenazó al novio de Irene para que la abandonara, obligándola así a renunciar al hijo que esperaba.
Damián asegura que nunca se lo ha contado a Irene para protegerla, pero le deja claro que, si es necesario, está dispuesto a desvelar la verdad. La confesión deja a Don Pedro sin palabras. No lo esperaba. Humillado y superado por la emoción, abandona el despacho con los ojos llenos de lágrimas.
¿Será este el principio del fin para Don Pedro? ¿O aún le queda alguna jugada más por hacer?